Normalmente oímos hablar mucho sobre la Vitamina C y los «radicales libres», «estrés oxidativo», «oxidación», «antioxidantes» y los efectos en nuestra piel y organismo, pero ¿sabemos en qué consisten?
¿Qué es un radical libre?
Nuestras células necesitan oxígeno para vivir, ya que es nuestro principal combustible. Sin embargo, este oxígeno tan necesario, también es fuente de algo no tan positivo: genera los denominados «radicales libres».
Estos son moléculas inestables que tenderán a robar electrones a moléculas cercanas para alcanzar su estabilidad. A su vez, la molécula dañada tenderá a robar también los electrones que le faltan, a las que tiene a su alrededor; así, se realiza una acción en cadena que puede provocar la destrucción celular. Este proceso de daño es la denominada «oxidación».
Nuestro organismo genera de forma natural los radicales libres en pequeñas cantidades, pero hay determinados desencadenantes externos que provocan la proliferación de los mismos. Estamos hablando, por ejemplo, del tabaco, el alcohol, las radiaciones solares o la contaminación ambiental.
Función de los Antioxidantes
Una cierta cantidad de radicales libres en nuestro organismo es perfectamente normal, el problema aparece cuando hay un exceso de radicales libres. Nuestro organismo se ve incapaz de contrarrestar esta actividad. Para combatirlos resulta básico hacer uso de sustancias antioxidantes, tanto en la alimentación y en la cosmética, como en los complementos para compensar esta agresión. Nuestro cuerpo no es capaz de sintetizarlos por sí mismo de forma natural, por tanto la única vía de obtenerlos es a través del exterior en forma de alimentos, complementos dietéticos y cosméticos que los incluyan.
Los antioxidantes liberan electrones en nuestra sangre que son captados por esas moléculas inestables para conseguir su estabilidad. De esta forma, no necesitan recurrir al daño de otras moléculas; de ahí la importancia de incorporar de forma externa antioxidantes a nuestro cuerpo.
Los antioxidantes, como vemos, se convierten en un sistema de protección altamente efectivo frente al envejecimiento.
Si tenemos en cuenta que el 80% del envejecimiento de la piel es consecuencia del fotoenvejecimiento, la solución por ahora recae en los protectores solares, pero éstos únicamente inhiben un 55% de los radicales libres causados por el sol.
Este 45% restante de radicales se pueden bloquear si además combinamos la acción de un antioxidante.
En Segle Clinical recomendamos esta doble defensa, combinando fotoprotección con acción antioxidante y logrando un bloqueo de hasta de un 98% de los radicales libres fotoinducidos.
El mejor antioxidante: La Vitamina C
Esta es sin duda el mejor antioxidante para un plan de recuperación facial. El ácido ascórbico o más comúnmente conocido como Vitamina C, es una molécula fundamental para que el proceso de reparación y desarrollo de todos los tejidos de nuestro organismo se lleve a cabo con éxito. Gracias a su poder antioxidante directo, posee la capacidad de bloquear el daño producido por los radicales libres, que por otra parte, son los causantes del envejecimiento prematuro de nuestra piel.
Sin embargo, no hay que banalizar el concepto de antioxidante en la vitamina C. Muchas vitaminas C de marcas cosméticas, no funcionan como tal y se quedan como meros correctores a nivel superficial de la piel. Para que una Vitamina C antioxidante funcione como captador de radicales libres debe cumplir tres requisitos:
- Altísimo grado de pureza de sus principios activos: por ejemplo, solo se pueden utilizar formulaciones con ácido L-ascórbico puro, no valen sales como palmitatos o vitaminas C fosforiladas o glucosiladas.
- Concentración idónea del 8 al 20%.
- pH ácido del producto de 3,5.
En Segle Clinical contamos con unas ampolletas con Vitamina C específicas para cada tipo de piel y sus necesidades que reúnen estos requisitos. Hablamos de[Antiox] 3 y Vital C, con ambos tratamientos se logra bloquear hasta en un 98% de los radicales libres fotoinducidos, previniendo el envejecimiento prematuro de la piel y/o corrigiendo los signos del fotoenvejecimiento y envejecimiento natural como manchas, arrugas, flacidez y piel apagada.
Nuestro truco de belleza
¿Sabías que puedes utilizar cualquiera de nuestras vitaminas C como tratamiento de recuperación de la vitalidad de tu piel? Checa cómo aplicarlo. 1er paso. Limpiar bien la piel o exfoliarla con la solución de Glicolmix durante media hora, retirar con agua abundantemente y secar cuidadosamente con ligeros golpecitos.
2º paso. Aplicar una dosis de las ampolletas que más se adecúen a tu tipo de piel y necesidades en cara, cuello, escote y/o dorso de la mano y dejar actuar. La piel cobra luminosidad y claridad, disimulando manchas e imperfecciones y consiguiendo una tez uniforme.
